martes, 6 de septiembre de 2011

Técnicas para atender dificultades en el aprendizaje

Detecta las señales de posibles desórdenes de lectura y escritura en tus hijos


Por Camile Roldán Soto / croldan@elnuevodia.com
 Estudió mucho para aprobar el examen. Dominaba el material y estaba convencido de que saldría bien. Pero cuando el momento de demostrarlo llegó Miguel no pudo entender las premisas de las preguntas. Se le hacía muy difícil, entonces, elaborar un pensamiento por escrito.

Año tras año, la lucha con las palabras lo desanimaba. Su esfuerzo, una y otra vez, resultaba en vano. Miguel llegó a la escuela superior pensando que tenía retardo mental. Eso le habían dicho en la escuela y de acuerdo a esa percepción lo abordaban. No fue hasta después de la evaluación apropiada de una patóloga del habla especializada en desórdenes de lectura y escritura que supo, a los 15 años, que la causa de sus tropiezos tenía un nombre: dislexia.

Como Miguel, un joven de la vida real que ocultó su verdadera identidad, miles de estudiantes arrastran durante años desórdenes de lectura y escritura. Su inteligencia es promedio o posiblemente superior, pero esas dificultades no atendidas a tiempo les traicionan. Tareas que tienen toda la capacidad de completar se vuelven engorrosas y complicadas. La frustración, a consecuencia, los desanima.
Pocas destrezas son tan vitales en la vida personal y profesional como la lectura y la escritura. Desde el placer de devorar un buen libro hasta la dicha de transformar en oraciones coherentes una idea, requieren un adecuado dominio del lenguaje. Aunque el conocimiento puede expresarse de múltiples maneras, no hay duda de que las palabras -cómo las entendemos y cómo las expresamos- ofrecen un mundo de posibilidades del cual nadie debería verse privado.

“Casi todas las actividades que realizamos involucran la lectura y la escritura. Si las dificultades en esas áreas no se trabajan a tiempo, ese niño o niña puede enfrentar muchas dificultades con todas las materias. Básicamente el problema es que no van a poder expresar bien las capacidades que tienen”, señala María Sierra Ayala, profesora del Colegio de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.

“Padecer de uno de estos desórdenes tiene implicaciones en el plano académico pero también puede afectar la autoestima”, sostiene la también patóloga del habla especializada en niños. Pueden sufrir de baja autoestima pues muchas veces, debido a sus dificultades, son marginados. El potencial de estos niños erróneamente se subestima y si no se les provee asistencia a tiempo, como a Miguel, se ven impedidos de alcanzar las metas que pueden lograr.


Las señales de futuros problemas con la lectura o la escritura suelen aparecer muy temprano, pero según coinciden Sierra y la patóloga del habla Pilar Laboy, por varios motivos pueden pasar desapercibidos.
Ambas señalan que hay mucho desconocimiento entre padres y maestros sobre qué son y en qué consisten estos desórdenes. Debido a que hay varios tipos de deficiencias, a veces hay confusión respecto a cuál es el acercamiento que requiere el menor. Y, quizás lo más importante, muchos padres o docentes ignoran las manifestaciones tempranas de un potencial problema. Por lo tanto, los menores no reciben la atención a tiempo y la situación se complica.

“En Puerto Rico hay una necesidad muy significativa en el área de lectura y escritura. Son problemas que afectan a la educación de miles de estudiantes”, afirma Laboy, profesora en la Universidad Carlos Albizu y directora del primer centro especializado en desórdenes de lectura y escritura. Una iniciativa que nace, precisamente, con la meta de ayudar a concienciar respecto al tema y ofrecer la asistencia profesional necesaria para atenderlo.

Las patólogas explican que tan temprano como a los dos años y medio de edad los padres pueden comenzar a detectar posibles desórdenes en sus hijos. Cuando esto ocurre, contrario al estigma predominante, no significa que el niño es menos inteligente. Sencillamente, necesitará de asistencia para superar la dificultad.

Los desórdenes de lectura y escritura pueden ocurrir debido a factores genéticos o neurológicos. También, indica Laboy, hay evidencia de que hay factores cognoscitivos o lingüísticos que podrían afectar la comprensión de la lectura. En otros casos, se trata de problemas que pueden estar presentes en condiciones como el autismo o el retardo mental.

Muchas veces, se trata de dificultades que no pueden evitarse. Sin embargo, hay prácticas recomendadas para fomentar en todo niño un desarrollo saludable de las destrezas para leer y escribir. A continuación, te presentamos una descripción de los tipos de deficiencias para que conozcas las diferencias, y también unas guías para que puedas detectar si tu hijo puede necesitar asistencia. Además, algunas actividades clave para propiciar en ellos un buen dominio de la lectura y la escritura.

Tipos de deficiencia en el desarrollo de la lectura:
 La dislexia o problema específico de la lectura - se define como un desorden caracterizado principalmente por la dificultad para aprender a leer, aún cuando la persona tenga inteligencia adecuada, haya sido expuesto a oportunidades socioculturales y se le haya enseñado bien a leer.
 Pobre habilidad de lectura

Haz contacto visual - En esos segundos que fija su atención en tí, ellos notan la posición de tus labios al pronunciar.
Háblale correctamente - Evita decirle ‘guau’ al perro. Aunque puedes enseñarle que el perro hace ese sonido.

Escuchar música y cantar - Los niños están todo el tiempo asociando. Estas actividades, además de divertirlos, les estimulan y fomentan las destrezas de lenguaje receptivo y expresivo.

Características de la dislexia (en lectura y escritura)
Confundir letras, sílabas o palabras con diferencias sutiles de grafía: c-ch, e-c, l-ll
Confundir letras, sílabas o palabras con grafía similar pero con orientación diferente: b-d; b-p; b-d; d-p; n-u; w-m; a-e

Confundir letras con punto de articulación común: d-t, ch-ll, g-j; m-b-p; v-f

Invertir de manera parcial o total sílabas o palabras (transposición): la-al, le-el, es-se, sustituir

Invertir palabras por otras similares pero con significado diferente: araucano-iracundo

Rotar letras, mezclar letras: tanvena-ventana

Dificultad para separar palabras

Añadir u omitir sonidos, sílabas o palabras

Leer en silabeo

Problemas de comprensión de lectura

Fuente: Lcda. Pilar Laboy Zengotita, patóloga del habla y lenguaje

Recuperado de: http://www.elnuevodia.com/tecnicasparaatenderdificultadesenelaprendizaje-1057436.html

generalizada - se refiere a aquellos lectores que presentan pobre comprensión de lectura y destrezas de decodificación como resultado de una pobre habilidad cognoscitiva.  Es decir, su problema está relacionado a su habilidad mental.
 Problema no-específico de la lectura - se refiere a aquellos que tienen destrezas adecuadas de decodificación pero pobre comprensión de lectura.
Claves a considerar

Deficiencia en el vocabulario receptivo: Se refiere al vocabulario almacenado. El niño debe saber a qué te refieres cuando le preguntas, por ejemplo, ¿tienes sueño?, ¿quieres leche?, ven acá.
Habilidad para nombrar objetos: Se refiere al vocabulario expresivo. A los dos años debe decir más o menos 50 palabras.

Oraciones sintácticamente muy simples: Fíjate en cuántas palabras dice en una oración y si tiende a expresar lo que quiere o siente con una sola palabra. Por ejemplo, ‘jugo’, en vez de ‘quiero jugo’.
Problemas de pronunciación: Se refiere a que la pronunciación sea incorrecta.

Prácticas recomendadas

Leer - Es una actividad que beneficia a los pequeños incluso antes de que aprendan a hacerlo por ellos mismos. A través de los libros con imágenes diseñados para los bebés, ellos aprenden a relacionar las letras y las palabras con lo que ven. Más adelante, la lectura les provee una herramienta para el desarrollo del lenguaje receptivo y expresivo, comenta Laboy.